¿Son buenas o malas las sociedades?

por | Ene 15, 2020 | Emprendimiento | 6 Comentarios

Hoy quiero continuar hablándote de las personas, pero no de aquellas que son tus clientes, si no de aquellas con las que te encuentras en el mismo barco, tus socios.

Mi historia personal con socios no inició muy bien. Mi primer intento de agencia fue con quien en ese entonces consideraba, era mi mejor amiga. Era alguien a quien admiraba por su trabajo y creía conocerla bien. Recordemos que en nuestros propios procesos conocernos a nosotros mismos de por sí, ya es un gran reto, lo que significa que siempre estaremos lejos de terminar de conocer a otro. Mientras trabajaba con mi amiga fui notando que teníamos objetivos distintos, no estábamos apuntando en la misma dirección, por ese motivo esta sociedad no funcionó.

Posteriormente me involucré en una nueva sociedad con una empresa que surgió rápidamente de un proyecto de universidad con 3 socios formados con disciplinas muy diferentes a la mía. Uno de los socios era mi novio, quien hoy en día es mi esposo. Él y yo teníamos unas metas y objetivos muy claros de lo que queríamos lograr, pero estas diferían de nuestros otros dos compañeros. Así que la sociedad se disolvió y ellos tomaron otros rumbos lejos del nuestro.

Decidí trabajar sola por un tiempo con mi propia agencia. Poco a poco la fui transformando en algo más parecido a mi, a la cual más adelante mi esposo se volvió a unir al ver los cambios positivos que estaba logrando. Con la visión de ambos logramos convertirla en nuestro sueño, eso que estábamos buscando desde hacía un largo tiempo, llevar nuestra empresa con nosotros, liberarnos de todo tipo de ataduras, más adelante les contaré cómo fue esta evolución.

Cuando tratamos de alcanzar una meta solos, tardaremos más. Cuando nos ofrecen ayuda la meta parece estar más cerca.

No creo que las sociedades no funcionen, creo más bien en que antes de unirte a algo debes madurar lo que quieres, conocerte más a ti mismo, conocer tus planes de vida, tus metas, sueños y objetivos. Tenerlos lo suficientemente claros para que en el momento que invites a otro a formar parte de este sueño, esa persona sepa hacía donde navegas y no se convierta en una tormenta que te impide alcanzar tus deseos.

Creo que una sociedad puede funcionar cuando los miembros del equipo apuntan al mismo objetivo y confían los unos en los otros.

Es importante además tener claro por escrito, ojalá con ayuda de un abogado, un contrato en donde se encuentre todo lo que se hará durante esta sociedad, las responsabilidades, los beneficios, que pasa si se acaba, porque se puede acabar, todo en términos legales.

Trata a tu socio como te gustaría que te trate a ti, con respeto y honestidad. Genérale confianza y asegúrate de poder confiar en él. Cree en que puede hacer su parte sin necesidad de que lo estés supervisando o criticando. Evita comparar tu trabajo con el que hace él, simplemente enfócate en tus responsabilidades y realízalas siendo consciente de que entregas lo mejor de ti. Lucha por tus objetivos y contágialo de tu fiebre por lograrlos.

 

“Cómo líder, si quieres ser confiable, tienes que confiar” – Stephen M. R. Covey  –